Ritual Ampliado del Bautismo de adultos (con referencias bíblicas)


      1. Ritual Ampliado del Bautismo de adultos

Adaptación según las facultades del RICA nn. 274-277
    1. Recepción de los candidatos

245. (5) Los candidatos se reúnen en la entrada de la iglesia.
247. Celebrante (C):
Querido candidatoHas recibido la vida humana como don de Dios, que es la fuente de toda vida, Él quiere regalarte ahora su propia Vida en abundancia.
Si los candidatos son numerosos, el C pregunta a todos juntos y cada uno responde uno tras otro. La segunda pregunta también puede hacerse en plural a todos juntos.

Celebrante: ¿Cuál es tu nombre?
Candidato: N.

Celebrante: ¿Quieres recibir de la Iglesia de Dios la fe que te da la Vida Eterna?
Candidato: ¡Sí, quiero!

248. El C dirige al candidato estas u otras palabras semejantes:
Si quieres tener la vida eterna, guarda los mandamientos (Mt 19,17). Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley, y los Profetas. (Mt 22,37-40). La fe es esta, que veneres a un solo Dios en la Trinidad y a la Trinidad en la unidad, ni confundiendo las Personas, ni separando la substancia. Una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo: pero de los tres una es la sustancia y no es sino una la Divinidad.
¿Estás dispuesto a abrazar esta Vida, con la ayuda de Dios?
Candidato: ¡Sí, estoy dispuesto!

249. 286. El C, dirigiéndose a los padrinos, los interroga:
Ustedes, padrino y madrina, que ahora nos presentan este candidato, y todos los aquí presentes que acaban de escucharlo, ¿pueden dar testimonio de que este candidato ha elegido a Cristo, el Señor, y quiere servirlo sólo a Él?
Padrinos en conjunto: ¡Sí, padre!

¿Están dispuestos a ayudarlo a encontrar y seguir a Cristo?
Padrinos en conjunto: ¡Sí, estamos dispuestos!

El celebrante, con las manos juntas, dice:
Padre de bondad, te damos gracias por este servidor tuyo que te ha buscado siguiendo tus múltiples inspiraciones, y ante nosotros ha respondido a tu llamada. Por eso, Señor, te alabamos y bendecimos.

Querido candidato: Por tu respuesta has aceptado compartir nuestra vida y nuestra esperanza en Cristo. Ahora, para convertirte en catecúmeno, con los catequistas y tus padrinos, yo te marcaré con la señal de la cruz de Cristo. Toda la comunidad te recibe con amor y te ofrece su ayuda.

83.322. (10) El C prosigue, diciendo:
N. (leyendo el nombre desde su Lista): recibe en la fren+te la señal de la Cruz: Cristo te protege con el signo de su amor y de su victoria. Empéñate ahora en conocerlo e imitarlo.

Y signa (circulando por el semicírculo desde su derecha) a cada catecúmeno en la frente, en silencio (con el pulgar derecho y el resto de los dedos extendidos). Luego (a medida que los va signando) invita a los catequistas o padrinos a hacer lo mismo (deteniéndose brevemente en cada uno, hasta que efectivamente lo hagan).

85-86. (11) Las signaciones son hechas por los catequistas o por los padrinos del mismo sexo que los candidatos. La fórmula la pronuncia el celebrante, que dice:

Al signar los oídos:
Recibe la señal de la cruz en los oí+dos, para oír la voz del Señor. Gloria a ti, Señor

Al signar los ojos:
Recibe la señal de la cruz en los o+jos, para ver la luz de Dios. Gloria a ti, Señor

Al signar la boca:
Recibe la señal de la cruz en la bo+ca, para responder a la Palabra de Dios. Gloria a ti, Señor

Al signar el pecho:
Recibe la señal de la cruz en el pe+chopara que Cristo habite en tu corazón por la fe. Gloria a ti, Señor.

Al signar la espalda:
Recibe la señal de la cruz en la es+palda, para cargar el suave yugo de Cristo. Gloria a ti, Señor.

A continuación, sólo el celebrante hace el signo de la cruz sobre todo el cuerpo del catecúmeno, sin tocarlo, mientras dice:
Te marco con la señal de la cruz en el nombre del Pa+dre, y del Hi+jo, y del Espíritu+ Santo, para que vivas por los siglos de los siglos. R. Amén.

87. Luego el celebrante dice:
Oremos.
Señor, escucha con clemencia nuestras súplicas, y protege con la fuerza de la cruz de Cristo a este catecúmeno, N., a quien hemos marcado con esa señal, para que conservando las primicias de tu gloria, por la fidelidad a tus mandamientos, merezca llegar a la gloria de la regeneración. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

ENTRADA A LA IGLESIA
251. 90. (29) El C invita a los catecúmenos a entrar con los padrinos a la iglesia, pronunciando estas u otras palabras semejantes:
N., entra en la santa iglesia de Dios, donde recibirás la bendición celestial del Señor Jesucristo, para que tengas parte con él y sus santos.
Y realiza un gesto invitando al catecúmeno a entrar, por ejemplo, toma con la mano izquierda el brazo derecho del catecúmeno. Y si son varios, el primero toma con la izquierda al segundo, y el segundo al tercero, etc.

Si es Misa se hace el canto de entrada. Y al llegar al altar se puede omitir el acto penitencial y se sigue con el Gloria y la oración Colecta.

Celebración de la Sagrada Palabra de Dios

            1. Rito del Éfeta
202. (34) C: Querido electo: con este rito, aprende la necesidad de la gracia para escuchar y profesar la Palabra de Dios, a fin de alcanzar la salvación. 
Oremos en silencio por nuestro electo, para que el Señor, Dios nuestro, abra los oídos de su corazón y le manifieste su misericordia a fin de que, recibido el perdón de los pecados, por el Bautismo de la nueva Vida, sea incorporado a Cristo, nuestro Señor.

Todos oran en silencio. Después el C, acercándose hacia el electo de la derecha, le toca, sin hacer cruces, con el pulgar derecho (los otros dedos juntos y extendidos) los oídos, es decir, el lóbulo de la oreja derecha y luego el izquierdo, y la boca, comisuras derecha e izquierda, diciendo, a medida que lo hace, y juntando las manos al final:
Efeta, que significa, Ábrete (Mc 7,34).

Lecturas y homilía

253. 92. Se proclama una de las perícopas:
Mateo 28, 16-20: Leccionario I, Santísima Trinidad (año B)
Marcos 1, 7-11: Leccionario I, Bautismo del Señor (año B)
Para el Evangelio, el C, ofrecida la apología ante el altar, se dirige al ambón, saluda sin abrir las manos y se persigna como de costumbre; igualmente al final canta la aclamación y besa el libro con la apología mandada en voz baja.

El C hace una breve homilía para ilustrar a los fieles sobre lo que han oído, llevándolos a una comprensión más profunda del misterio del bautismo e invitándolos a abrazar con entusiasmo la misión que les es propia.

254. 162. (30) Después de la homilía se hace un momento de silencio en el que, invitados por el C, todos oran interiormente al Señor.
C. Estimado N., ponte de pie junto con tu padrino y tu madrina.
Querido electo de Dios: para que manifiestes también externamente tu espíritu de penitencia, ponte de rodillas y te invito a orar en silencio.
Queridos padrinos y madrinas: pongan la mano derecha sobre el hombro de su ahijado.
Queridos hermanos: los invito a orar en silencio por el electo, pidiendo que tenga espíritu de conversión, sentido del pecado y la verdadera libertad de los hijos de Dios.

Letanías
214. Luego el celebrante invita a invocar a los Santos..

A cada invocación respondamos: Ruega o rueguen por nosotros”

Santa María, Madre de Dios
San Miguel
Santos Ángeles de Dios
San Juan Bautista
San José
Santos Pedro y Pablo
San Andrés
San Juan
Santa María Magdalena
San Esteban
Todos los santos y santas de Dios

Oraciones de exorcismo
79. (8) La fórmula abajo mencionada es pronunciada por el celebrante, con la mano derecha levantada hacia el electo:
Señor, con el soplo de tu boca, aleja los espíritus malos: mándales que se retiren, porque ha llegado tu Reino.

Luego, si puede hacerlo con facilidad, el celebrante, en silencio, impone la mano al electo.

49. (28) A continuación, con las manos extendidas sobre el electo, prosigue:
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo para que nos liberara del poder de Satanás, espíritu del mal e hiciera pasar a los hombres de las tinieblas al reino de tu luz admirable (1Pe 2,9): te pedimos, humildemente, que liberes a éste electo de la mancha original y los conviertas en templo de majestad a fin de que habite en él el Espíritu Santo. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén.

O bien:
Señor Dios todopoderoso, que enviaste a tu Hijo único para rescatar a los hombres de la esclavitud del pecado, y darles la libertad de hijos tuyos (Rm 6; Jn 8), te pedimos humildemente por éste electo: sabes que él tendrá que enfrentar al mundo con sus tentaciones, y pelear contra las insidias del diablo. Por el poder de la pasión y resurrección de tu Hijo lávalo de la mancha de la culpa original y fortalecido de la gracia de Cristo, custódialo sin cesar en el camino de su vida. Por Cristo Señor Nuestro. R: Amen.

Celebración del Bautismo
[53]. Al llegar a la fuente bautismal, el celebrante recuerda brevemente a los asistentes el admirable designio de Dios que quiso santificar el alma y el cuerpo del hombre por el agua y bendice el agua. Lo hace de pie ante la fuente, de frente a los fieles, con las manos juntas.
Oremos, queridos hermanos, para el el Señor Dios todopoderoso, por medio del agua y del Espíritu Santo, conceda la Vida nueva a este electo.

Bendición e invocación de Dios sobre el agua
258. Mirando a la fuente:
Señor Dios, que por medio de los signos sacramentales realizas obras admirables con tu poder invisible, y de diversas maneras has preparado el agua para que significara la gracia del Bautismo.

Señor Dios, cuyo Espíritu aleteaba sobre las aguas en los orígenes del mundo (Gn 1,2) para que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.

Señor Dios, que en las aguas torrenciales del diluvio (Gn 7) prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres, para que el misterio de la misma agua pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.

Señor Dios, que hiciste pasar por el mar Rojo como por tierra fi­rme a los descendientes de Abraham (Ex 14), para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen del pueblo de los bautizados.

Señor Dios, al ser bautizado en las aguas del Jordán (Mt 3; Mc 1), tu Hijo fue ungido por el Espíritu Santo y, suspendido en la Cruz, hizo brotar de su costado sangre y agua (Jn 19,34), y después de su resurrección mandó a sus discípulos: «Vayan e instruyan a todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19): mira a tu Iglesia y abre para ella la fuente del Bautismo. 

Que esta agua reciba por el Espíritu Santo la gracia de tu Hijo unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen (Gn 1,27), por medio del sacramento del Bautismo sea purificado de todos los pecados y merezca resurgir como nueva creatura del agua y el Espíritu Santo.

El celebrante toca el agua con la mano derecha y prosigue:
Señor, te pedimos que por la gracia de tu Hijo descienda sobre el agua de esta fuente
el poder del Espíritu Santo, para que por el Bautismo, sepultados con Cristo en su muerte, resucitemos con Él a la Vida (Rm 6,4). Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R: Amén.


  1. Promesas bautismales, unción pre-bautismal y profesión de fe

80 / 217. El Celebrante exhorta a los electos con las manos juntas:
Querido electo que vas a recibir el Bautismo: Has elegido dar culto al Dios verdadero que te llamó y te condujo hasta aquí, servirlo sólo a él y asu Hijo Jesucristo. Renuncia ahora, ante la Iglesia aquí congregada, a los ritos y cultos con que no se adora al Dios verdadero (2R 17,7-23; 21,2-6; 23,24):

80. (35) Y el celebrante interroga a los electos:
Celebrante:
¿Prometes no abandonar a Dios ni a su Hijo Jesucristo, para servir (nuevamente) a los falsos dioses
Electo: Sí, prometo servir sólo al Dios verdadero.

Celebrante:
¿Prometes no abandonar a Cristo Jesús, Señor de vivos y muertos, que domina a todos los espíritus y demonios y no (volver a) adorar a los ídolos venerados en los falsos ritos?
Electo: Sí, lo prometo.

Celebrante:
¿Prometes no abandonar a Cristo Jesús, el único que puede proteger a los hombres, y no buscar llevar o usar objetos de modo supersticioso?
Electo: Sí, lo prometo.

Celebrante:
¿Prometes no abandonar a Cristo Jesús, única verdad, y no (volver a) consultar a los adivinos, magos y espiritistas? (Ex 22,17; Dt 18,10-14; Lv 19,26.31; 20,27)
Electo: Sí, lo prometo.

C: Querido electo: Por esta unción con el óleo de los catecúmenos en el pecho (y en la espalda), se significa la necesidad que tendrás de la fuerza divina, para que una vez bautizado, no obstante las ataduras de tu pasado y la persistencia de los ataques del demonio, puedas dar valerosamente el paso de la profesión de fe y conservarla indefectiblemente toda tu vida.

218. (36). Celebrante, con las manos juntas, de pie en el mismo lugar, mirando hacia los catecúmenos, dice.
Que el poder de Cristo Salvador te fortalezca: en señal de lo cual te ungimos + con el óleo de la salvación, por el mismo Jesucristo Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
Cada electo es ungido con el óleo de los catecúmenos en el pecho o en ambas manos, o también en otras partes del cuerpo (p. ej. la espalda).

219. (38) Luego, el celebrante pide a los electos que hagan la triple profesión de fe, diciendo:
Querido electo: profesa tu fe en Jesucristo, que es la fe de la Iglesia, en la cual serás bautizado:

¿Crees en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Electo: Sí, creo.

Celebrante: ¿Crees en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de la Virgen María, padeció y fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Electo: Sí, creo.

Celebrante: ¿Crees en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la Vida eterna?
Electo: Sí, creo.

[59]. El celebrante junto con la comunidad asienten a esta profesión de fe de la siguiente manera:
(Repiten todos)
Ésta es nuestra fe. Ésta es la fe de la Iglesia Católica, la que nos gloriamos de profesar en nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R: Amén.
            1. Bautismo
262. (39) El celebrante invita al primer electo, según su Lista, a acercarse a la fuente.
Acércate N. para recibir el Bautismo en la fe de la Iglesia Católica.
El padrino o la madrina, o ambos, imponen la mano derecha sobre el hombro derecho del electo.

El celebrante toma agua de la fuente bautismal y la derrama tres veces sobre la cabeza del electo que estará inclinado, bautizándolo en el nombre de la Santísima Trinidad:
N., YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PA+DRE,
y SIMULTÁNEAMENTE derrama agua sobre la cabeza del bautizando, en la coronilla, apartando algo el cabello, para que el agua toque realmente la piel,

Y DEL HI+JO,
y derrama agua por segunda vez

Y DEL ESPÍRITU+ SANTO.
y derrama agua por tercera vez.

Igual se hace con cada bautizando después de interrogarlo.

Después de cada Bautismo el pueblo puede entonar oportunamente una breve aclamación:
N., ha renacido por la fe en Cristo.

Ritos explicativos
            1. Unción post Bautismo
263. (41). El C siempre desde su lugar a la entrada del presbiterio sobre la grada con las manos juntas, teniendo a su derecha al ministro con el Crisma, dice:
Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te regeneró del agua y del Espíritu Santo, y te concedió la remisión de todos los pecados, (aquí unta su dedo) te unge + ahora con el Crisma de la salvación, para que, incorporado a su pueblo y permaneciendo unido a Cristo, sacerdote, profeta y rey, vivas eternamente. R: Amén.
A continuación, en silencio, el C unge con el santo crisma la cabeza de cada bautizado, trazando la señal de la cruz sobre la coronilla con su pulgar, manteniendo los otros dedos extendidos y juntos.


            1. Imposición de la vestidura blanca
264. (42). El C, vuelto a su lugar, con las manos juntas, dice, leyendo de la Lista:
N., fuiste hecho nueva creatura (2Cor 5,17) y has sido revestido de Cristo (Gal 3,27).
Tus vestiduras blancas, preséntalas inmaculadas ante el tribunal de nuestro Señor Jesucristo (Ap 7,9-14; 2Cor 5,10), para que tengas la Vida eterna. R: Amén.

            1. Entrega del cirio encendido
265. (43). El C toma o toca el cirio pascual, mientras dice, :
Acérquense, padrinos y madrinas, para entregar la luz a su ahijado.
Los padrinos y madrinas encienden en el cirio pascual el cirio de su ahijado y lo entregan a su ahijado.

El celebrante añade, siempre desde el cirio pascual:
Recibe la lámpara encendida, y custodia irreprensiblemente tu Bautismo: cumple los mandamientos de Dios, para que, cuando el Señor venga a las bodas, puedas salir a su encuentro (Lc 12,35-37) con todos los santos en el cielo y vivas por los siglos de los siglos. R. Amén.


Sigue la Oración de los fieles y, si es dentro de la Misa, luego la presentación de ofrendas.

Si no hay Misa, sigue el Padre nuestro y la bendición:
Oración dominical
Este hermano que ha renacido por medio del Bautismo, se llama y es ya verdadero hijo de Dios. Ahora, con él, en el espíritu de hijos adoptivos que todos hemos recibido (Rm 8,15), oremos como el Señor nos enseñó a orar:

Y, dándose vuelta sobre su derecha C hacia el altar, todos dicen (el C con las manos extendidas):
Padre nuestro…
            1. Bendición y despedida
[70]. A continuación, el celebrante, dándose vuelta por su derecha hacia los fieles, bendice a todos los presentes, extendiendo hacia ellos sus manos, después de saludarlos como de costumbre.
FÓRMULA 2ª
Celebrante:
El Señor esté con ustedes. R: Y con tu espíritu

Dios todopoderoso, que por el nacimiento de tu Hijo inundaste la tierra de alegría, bendice a éste recién bautizado para que se identifiquen plenamente con Cristo. R: Amén.

Dios todopoderoso, que das la vida humana y la vida divina, bendice a los padrinos de estos recién bautizado, para que, juntamente con él, vivan siempre en acción de gracias. R: Amén.

Dios todopoderoso, que nos hiciste renacer a la Vida divina por medio del agua y del Espíritu Santo, bendice a estos fieles, de manera que siempre y en todas partes, se comporten como miembros de tu pueblo; y concede tu paz a todos los aquí presentes. R: Amén.

Los bendiga Dios todopoderoso, Padre, + Hijo y Espíritu Santo. R: Amén.

[68]. Después de la bendición, el celebrante agrega:
Pueden ir paz. R. Demos gracias a Dios.

Comentarios